lunes, 17 de diciembre de 2007

Descuidado triunfalismo

Por: José Gutiérrez


El triunfo del NO en las elecciones del pasado 2 de diciembre nos cayó como un balde de agua fría. Los revolucionarios estábamos seguros del triunfo del SI a la Reforma Constitucional que propuso el Presidente de Venezuela Hugo Chávez. La ola ganadora vivida durante los últimos años, nos hizo descuidar aspectos esenciales del proyecto revolucionario que comenzó 9 años atrás, cuando el Presidente Chávez llegó por primera vez al poder.

Tal vez no estuvimos a la altura de un Estado Socialista. Pero la realidad, es que el bombardeo mediático de la oligarquía criolla, con el apoyo de fuerzas extranjeras, impusieron la duda en la población. Mucha gente fue presa de esta terrorífica campaña, por ello la fortaleza y claridad ideológica es fundamental y clave en este proceso.

La votación, en su especto, numérico dejó interrogantes. Por una parte la oposición obtuvo una victoria, pero no superó su votación de cuatro millones y tantos, su capital electoral que no parece superarlo. En cambio, preocupan los más de tres millones de chavistas que dejaron de votar esta vez. Se desprenden entonces una cadena de preguntas que ya responderemos con las discusiones. Por allí pienso que mis piernas tienen aún el hervidero de la marcha del cierre de campaña, por lo que no comprendo del todo el haber visto tanta gente y cargar con la derrota.

La derrota debe servir para detenerse y observar lo que ha pasado, o lo que está pasando en el seno de la Revolución. La crítica y la autocrítica no deben ser más de lo mismo. Las responsabilidades deben asumirse y no buscar culpables más allá de lo que corresponde. Es la hora de vivir una nueva etapa, desprovista de triunfalismos inútiles, porque pese a todo el apoyo que se tenga se puede perder, y no sólo perder una elección sino la posibilidad de concretar ese Estado Socialista que tanto anhelamos, pues, la sociedad actual, tal como está estructurada, no llegará muy lejos.

Aportemos cada uno desde nuestro espacio de acción y fortalezcamos este socialismo nuestro, pese a sus contratiempos. La duda pueda presentarse así como la dialéctica, las contradicciones son naturales. Discutamos entonces sobre esta derrota, como también podríamos reflexionar sobre las victorias. Asumo que un vigoroso panorama en el país se asoma, pues, las experiencias de la vida, y más la de un pueblo, enrumban los cañones hacia nuevas batallas.

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